No me preocupa para nada la crítica de
esta película (mi cine es el que me dá la gana). La tengo a Ella en 180 minutos de rendida contemplación. Ella fue la balleza en la plenitud de los oños 80 -sex simbol- para los que nada más que veían el vértigo de sus curvas; la carnaza de sus labios y su cabelllera leonada. Ella me abrió la puerta de su apartamento una tarde de primavera encantada y me recibió con el terciopelo ajustado de un vestido negro de época; el radiante trigo de su melena rubia y el azul de sus ojos de cielo, yo estaba metido en el personaje de Batman, El cine no es así, tal como yo lo concibo pero a mí me gusta como me dá la real gana. Es por eso que no necesito ver pero me deslumbró el aura de su divinidad. Desde entonces Kim Bassinger despertó mis más nobles pasiones, lejos de sus exquisitas dotes de sensualidad y provocación, su presencia sólo me producía inspiración y embeleso. Reencarnación platónica de la estrella de cine de todos los tiempos, musa y diva que llena las pantallas donde se proyectan las mejores películas de mi vida. Mujer fatal de oscuro pasado e incierto futuro; chica guapa y florero de rosas en desenfadadas comedias triviales; protistuta de alto standing; atormentada concubina de capos y madre atribulada por los problemas de sus hijos. Pero siempre llenando de emoción mi favorita sala. Es por eso que no necesito un argumento sólido para ver esta nueva película; sé de antemano y no me importa si me equivoco, que Ella responderá con creces a mis expectativas, estoy seguro que no me defraudará esta ansiada vuelta en el esplendor de su madurez artística. Ya no le importa el miedo a los primeros planos, la naturalidad ha echo que su atractivo físico permanezca intacto, la huella del tiempo aporta serinidad a su belleza, ya no se mira tanto en sí misma para entregarse toda a los demás y hacer más creible la interpretación de sus personajes. Todo un lujo, encontrarla de nuevo, frente a frente de otra belleza en el paroxismo de la genialidad: Charlin Teron ¿quien dá más? Dos luceros camaleónicos en el cara a cara para hacer las delicias de los que buscan el arte en el cine hecho arte. El título no puede ser más atrayente y sugestivo, incluso poético: LEJOS DE LA TIERRA QUEMADA...a disfrutar: yo, Kim Bassinger: “a una actriz de verdad, no le preocupa el físico”
esta película (mi cine es el que me dá la gana). La tengo a Ella en 180 minutos de rendida contemplación. Ella fue la balleza en la plenitud de los oños 80 -sex simbol- para los que nada más que veían el vértigo de sus curvas; la carnaza de sus labios y su cabelllera leonada. Ella me abrió la puerta de su apartamento una tarde de primavera encantada y me recibió con el terciopelo ajustado de un vestido negro de época; el radiante trigo de su melena rubia y el azul de sus ojos de cielo, yo estaba metido en el personaje de Batman, El cine no es así, tal como yo lo concibo pero a mí me gusta como me dá la real gana. Es por eso que no necesito ver pero me deslumbró el aura de su divinidad. Desde entonces Kim Bassinger despertó mis más nobles pasiones, lejos de sus exquisitas dotes de sensualidad y provocación, su presencia sólo me producía inspiración y embeleso. Reencarnación platónica de la estrella de cine de todos los tiempos, musa y diva que llena las pantallas donde se proyectan las mejores películas de mi vida. Mujer fatal de oscuro pasado e incierto futuro; chica guapa y florero de rosas en desenfadadas comedias triviales; protistuta de alto standing; atormentada concubina de capos y madre atribulada por los problemas de sus hijos. Pero siempre llenando de emoción mi favorita sala. Es por eso que no necesito un argumento sólido para ver esta nueva película; sé de antemano y no me importa si me equivoco, que Ella responderá con creces a mis expectativas, estoy seguro que no me defraudará esta ansiada vuelta en el esplendor de su madurez artística. Ya no le importa el miedo a los primeros planos, la naturalidad ha echo que su atractivo físico permanezca intacto, la huella del tiempo aporta serinidad a su belleza, ya no se mira tanto en sí misma para entregarse toda a los demás y hacer más creible la interpretación de sus personajes. Todo un lujo, encontrarla de nuevo, frente a frente de otra belleza en el paroxismo de la genialidad: Charlin Teron ¿quien dá más? Dos luceros camaleónicos en el cara a cara para hacer las delicias de los que buscan el arte en el cine hecho arte. El título no puede ser más atrayente y sugestivo, incluso poético: LEJOS DE LA TIERRA QUEMADA...a disfrutar: yo, Kim Bassinger: “a una actriz de verdad, no le preocupa el físico”
1 comentario:
Ahora mismo voy a verla, ea, ya te contaré, bueno a lo largo de la tarde la verá, o la noche o la semana que nunca se sabe lo que pueda pasar
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