Esta película huele, huele a confesiones inconfesables, a murmuraciones de pueblo, a maltrato psicologico del antiguo, del de antes de la violencia de género…huele –que no apesta- a los traumas de la infancia, a las mentiras de las apariencias, a la represión de un régimen, amparado por la infamia del nacional catolicismo. Sé que a esta película le falta algo como ritmo y ambiente, pero también ´se que está sobrada, sobrada de espíritu, de pequeñas verdades como templos donde los recuerdos quedan para vestir santos, en este caso a la madre amadísima. Puede resultar una película de bajo costo, pero de altas miras, un retrato sepia de una época pasada, que aunque dejó sus secuelas, ya no hiere ni escandaliza a nadie, más bien el maricón se ríe de sí mismo, actúa como analgésico, como un bálsamo que alivia los pecados de quieres fueron sus propios verdugos: ya lo dice Alfredo –el protagonista en sus dos etapas- “yo creía que no había tantos hombres maricones”…y qué curioso: “el maltrato de mi padre no era malo, lo grave es que yo fuera maricón”…Con muchos ademanes, pero sin grandes aspavientos, tratando suave pero delicadamente la falsa moral de una época que ha llegado igual de falsa y amoral, hasta nuestros días, sólo que cambiándole el nombre por gay, lo cual se considera políticamente más correcto. Fenomenal la interpretación de Alfredito joven, José Burgos, rayando en la genialidad de la etapa del Servicio Militar, donde nos brinda la difícil oportunidad de hacernos reir a plena carcajada. Y no menos espléndido el papel del veterano actor, José Rivero, pura sensibilidad a flor de piel en el delicado trato con la virgen a la que viste mientras dialoga y repasa los hilos de su desquiciante vida. Una película que deja, al menos a este lego cronista de cine, con buen sabor de boca.
si este es tu Cine: entra, ponte cómodo y ayúdame a recordar. -ANTONIO SIERRA ESCOBAR-
a mi PADRE...
Dedicado a las salas de CINE desparecidas en SEVILLA. Vaya mi pequeño tributo de admiración y cariño a esas calles y edificios que las cobijaron y el LLAMAMIENTO encarecido a cuantas personas quieran aportar datos ó documentos gráficos sobre su existencia a este rincón, donde deseo que se consideren como en su propio PATIO DE BUTACAS
la novela
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- ANTONIO SIERRA ESCOBAR
- MONTEQUINTO, SEVILLA, Spain
- SI TE GUSTA, ¡QUE IMPORTA QUE NO LO COMPRENDAS!
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1 comentario:
Me alegra que te gustara, a mi también, sobre todo esa escena de los girasoles, no tiene nombre.
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