
Donantonio; hoy le voy a escribí en andalú, porque dice er Josentonio que parezco una maricona barata cuando me pongo a escribirle como hablo y es que -digo yo-
po vaya er ejemplo que dá nuestro Presidente con aquello de “andazules y andazulas”...que no é capá de articulá er gachó má de do frase seguía. Po ahora me voy a comé yo toa las “eses” (con perdón) y toa las “d” como está mandao.
Bueno a lo que iba, hoy vengo a hablarle de la película TIBURON. Se acordará Vd, de toa la parafernalia que se traian con la dichosa película y la expectación que creó. Me acuerdo que sestrenó en 1.976, lo digo porque estaba embarazá hasta la bola de mi Raú. Y a mí mentró una gana de verla -que parecía un antojo, Donantonio- mire vd, mientra má me hablaban de la película, má mieo y má morbo por queré í a verla...y una ansiedá que me corría de arriba abajo como un yo-yo. Como dice er refrán: “ma vale prevení que curá” -mi cuñá Saluita- que fué a vela a lestreno- me puso enantecedente de lo susto y sobresalto: Mira, Maruja, aparte der cuerpo mutilao de la muchacha que fué la primera víctima...está cuando er Tiburón le corta una pierna de cuajo a un bañista y se vé er miembro ó la miembra, caé ar fondo...luego está cuando er muchacho der oceanógrafo, se viste de buzo y realiza una inspección a un barco hundio y aparece de pronto po una escotilla, er cuerpo flotando de un cadave con la orbita de losojo vacía...prepárate también -Maraja- pa cuando er Tiburón asoma su fauce a la proa der barco y...
De modo que yo, por má que me previno la pobre de mi cuñá, no salía der cangelo que me producía lo que me contaban de la película y acudí a vela con mi Josentonio ar Cine Villasí. Era tal el ataque de nervio que llevaba, que se me juntó er miedo de lo que me habían contao para que no me cogiera por sorpresa, con la impresión de ver con mis propio sojo, el miedo que ya me habían contao. Y asín me llevé -Donantonio- toa la película agarraita ar brazo de mi Josentonio, llevándome la mano a la cara cuando subía de tono la dichosa musiquita. En fín, que er TIBURON, marcó mi vida hasta tal punto que cuando iba a la playa, lo flotadore y la corchoneta de lo niño, me parecían aleta de Tiburón y no era capá de bañarme má allá de la orillita, ni mucho meno sola. Undivé -Donantonio- lo que no consiga er Cine.
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