
La noche que en tu balcón
Divise la luna llena
Voy a traspasar sus rayos
Entre senderos de estrellas
Por ver si alguno en tu pelo
Prende una luz cenicienta…
A la hora de los buhos,
Redondas pupilas quedas
Trasplantaré en el silencio
Treinta varas de azucenas.
La noche que pueda verte
Tendida sobre la arena
Bruñidos de miel tus muslos
Ebrios de sal marinera
Voy a desatar las ansias
De mi anhelante paciencia
Para correr sin sigilo
Como loco sin vergüenza
Por tu cuerpo afortunado
Ebrio de caricias tiernas.
La noche que vea en tu alcoba
La sombra de tu silueta
Recortada en los visillos
De la ventana entreabierta,
Voy a escalar los altares
Oscuros de azules yedras
Y elevarme al paraíso
De tu inefable belleza.
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